No hay una rally más mítico que el Dakar y no hay símbolo más reconocido en el mundo de las carreras que su logo.
La aventura comenzó en 1977, cuando Thierry Sabine se perdió en su moto en el desierto de Libia durante el Rally Abiyán-Niza. Salvado in extremis de la arena, regresó a Francia todavía cautivado por este paisaje y prometiéndose compartir su fascinación con el mayor número de personas posible. Procedió a idear una ruta que comenzaba en Europa, continuaba hasta Argel y cruzaba Agadez antes de terminar en Dakar. El fundador acuñó un lema para inspirarse: "Un desafío para los que van. Un sueño para los que se quedan". Gracias a su gran convicción y a ese mínimo de locura característico de todas las grandes ideas, el plan rápidamente se convirtió en realidad. Desde entonces, el París-Dakar, evento único impulsado por el espíritu de aventura, abierto a todos los corredores y portador de un mensaje de amistad entre todos los hombres, nunca ha dejado de desafiar, sorprender y emocionar. A lo largo de casi treinta años, ha generado innumerables historias deportivas y humanas.
